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Rio Ounasjoki iluminado
por el sol de medianoche (Finlandia)
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En mi viaje por el Norte
de Europa, he tenido un agradable encuentro con el pueblo Sami, los mal
llamados Lapones. Estos antiguos habitantes del Círculo Polar Ártico, son el
único pueblo europeo que ha usado hasta época muy reciente el tambor como medio de viaje a otra
realidad. Es cierto que en la actualidad oficialmente no lo usan, pero forma
parte de su música, de su folklore y de su identidad.
La historia de Europa se ha escrito con sangre, antes del siglo IV con la “paz
romana", el Imperio redujo a todos aquellos que eran diferentes y tenían
otros cultos. Muchos de estos pueblos usaban el tambor chamánico como lo usamos
nosotros, pero uno a uno más por las malas que por las buenas Roma los fue
reprimiendo. Posteriormente, el cristianismo se expandió por todos los
territorios, siendo el Sacro Imperio romano-germánico su impulsor fundamental.
Debido ello y con el impulso dado por la liga hanseática y los caballeros de la
orden teutónica, todo el norte de Europa se fue convirtiendo al cristianismo.
Solo quedo el pueblo Sami, aunque no fue hasta el siglo XIX que fue
convertido al cristianismo prohibiéndose las viejas prácticas, entre ellas el
uso del tambor.
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Parlamento Sami en Karajok (Noruega) |
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Tambor chamánico Sami, Museo Ineri, Finlandia |
Dicen que el ejército de
los suecos tenía la ventaja de tener un Noaidi
(Chaman Sami) antes de la batalla así ya veía lo que iba a pasar y predecía el
resultado. Es posible que fuera cierto pero los Noaidi eran en realidad hacedores de paz, no constructores de
guerra .
La verdad es que conociendo al pueblo Sami uno se da cuenta de que
ningún pueblo tan ancestral de la tierra como ellos ha sido capaz de encontrar
en sí mismo la fuerza que los impulsaba a conocer otros mundos, de encontrar en
sí mismos la verdadera paz que es quizás uno de los misterios que tiene la
humanidad. ¿Cómo es posible que de forma tan
generalizada y hace tanto tiempo fuéramos los humanos capaces de
descubrir el poder del tambor chamanico, de estas ondas Theta que son capaces
de transportarnos a otras realidades, de
hacernos viajar en el tiempo pero que ahora parece ser que hemos tristemente
olvidado?.
Otros sistemas de
creencias como el cristianismo nos “indujeron” a dejar de usar esta técnica, es
posible que nos impusieran otra manera de ver la realidad más lineal más
concreta y sobre todo más alejada del Espíritu, es posible que con las prácticas
religiosas impuestas por el cristianismo
los Samis perdieran esta capacidad de ver, hay que pensar que se prohibieron
los tambores, se requisaron y quemaron, solo quedan 60 tambores antiguos en el
museo.
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Museo Ineri, Finlandia |
Como todo el mundo sabe los museos son trozos de historia pero tenemos
que pensar que quizás no todo se termina ahí, tal vez el futuro nos depare
sorpresas, hay que confiar en que se recuperaran las raíces. Nosotros ya
estamos en ello.
El tambor chamánico es el corazón de la tierra que con su rítmico sonido
permite comunicarse con todos los seres vivos, a través del tiempo y el
espacio. Por medio del tambor, el humano es el salmón, la ballena, el reno, el
oso, el águila, el ave, porque todos ellos tienen un corazón como el nuestro y
la tierra los une. Y siempre será así, porque incluso después de la muerte el
espíritu de las personas y de todos los antepasados animales y personas se manifiesta
a través de la aurora boreal y permite estar en contacto con los vivos. Sin la
tierra el humano pierde su sentido de pertenencia, pierde su conexión, pierde
su destino, el tambor le recuerda quien es y para que esta aquí.
Desde el centro del mundo
en el que ahora me encuentro, lugar sagrado para los Sami y para tantos
pueblos, observo el fuego, el fuego dador de vida que se expande por todos
lados… que se expande hasta el final del universo, el fuego es el que nos
propicia a que a través de nuestros animales de poder vayamos a cualquier lugar
de la tierra y del cielo…
Comienzo a tocar el tambor, mecanismo que nos ayuda,
que nos da la vida… la vida espiritual, la vida más allá y nos permite encontrar
la auténtica manera de ver el futuro, ver el pasado y ver lo que hay
detrás, El toc toc rítmico nos ayuda a conectar con el toc toc de todos los animales, con el toc toc de la tierra que como
ente vivo que es está conectada desde el corazón con todos nosotros, con todas
las cosas.
Francisco Javier Edo Ausach.
Vicepresidente de la Asociación Española de
Estudios Chamánicos (AEECH).
Ex-profesor de
Antropología de la Universidad de Valencia