martes, 13 de junio de 2017

Compañeros de Viaje "Chamánico"



Rio Ounasjoki iluminado por el sol de medianoche (Finlandia)


En mi viaje por el Norte de Europa, he tenido un agradable encuentro con el pueblo Sami, los mal llamados Lapones. Estos antiguos habitantes del Círculo Polar Ártico, son el único pueblo europeo que ha usado hasta época muy reciente el tambor como medio de viaje a otra realidad. Es cierto que en la actualidad oficialmente no lo usan, pero forma parte de su música, de su folklore y de su identidad.

La historia de Europa se ha escrito con sangre, antes del siglo IV con la “paz romana", el Imperio redujo a todos aquellos que eran diferentes y tenían otros cultos. Muchos de estos pueblos usaban el tambor chamánico como lo usamos nosotros, pero uno a uno más por las malas que por las buenas Roma los fue reprimiendo. Posteriormente, el cristianismo se expandió por todos los territorios, siendo el Sacro Imperio romano-germánico su impulsor fundamental. Debido ello y con el impulso dado por la liga hanseática y los caballeros de la orden teutónica, todo el norte de Europa se fue convirtiendo al cristianismo.
Solo quedo el pueblo Sami, aunque no fue hasta el siglo XIX que fue convertido al cristianismo prohibiéndose las viejas prácticas, entre ellas el uso del tambor.

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Parlamento Sami en Karajok (Noruega)

Tambor chamánico Sami, Museo Ineri, Finlandia

Dicen que el ejército de los suecos tenía la ventaja de tener un Noaidi (Chaman Sami) antes de la batalla así ya veía lo que iba a pasar y predecía el resultado. Es posible que fuera cierto pero los Noaidi eran en realidad hacedores de paz, no constructores de guerra . 
La verdad es que conociendo al pueblo Sami uno se da cuenta de que ningún pueblo tan ancestral de la tierra como ellos ha sido capaz de encontrar en sí mismo la fuerza que los impulsaba a conocer otros mundos, de encontrar en sí mismos la verdadera paz que es quizás uno de los misterios que tiene la humanidad. ¿Cómo es posible que de forma tan  generalizada y hace tanto tiempo fuéramos los humanos capaces de descubrir el poder del tambor chamanico, de estas ondas Theta que son capaces de transportarnos a otras realidades, de hacernos viajar en el tiempo pero que ahora parece ser que hemos tristemente olvidado?.

Otros sistemas de creencias como el cristianismo nos “indujeron” a dejar de usar esta técnica, es posible que nos impusieran otra manera de ver la realidad más lineal más concreta y sobre todo más alejada del Espíritu, es posible que con las prácticas religiosas  impuestas por el cristianismo los Samis perdieran esta capacidad de ver, hay que pensar que se prohibieron los tambores, se requisaron y quemaron, solo quedan 60 tambores antiguos en el museo.

 
Museo Ineri, Finlandia   
Como todo el mundo sabe los museos son trozos de historia pero tenemos que pensar que quizás no todo se termina ahí, tal vez el futuro nos depare sorpresas, hay que confiar en que se recuperaran las raíces. Nosotros ya estamos en ello.
El tambor chamánico es el corazón de la tierra que con su rítmico sonido permite comunicarse con todos los seres vivos, a través del tiempo y el espacio. Por medio del tambor, el humano es el salmón, la ballena, el reno, el oso, el águila, el ave, porque todos ellos tienen un corazón como el nuestro y la tierra los une. Y siempre será así, porque incluso después de la muerte el espíritu de las personas y de todos los antepasados animales y personas se manifiesta a través de la aurora boreal y permite estar en contacto con los vivos. Sin la tierra el humano pierde su sentido de pertenencia, pierde su conexión, pierde su destino, el tambor le recuerda quien es y para que esta aquí.

Desde el centro del mundo en el que ahora me encuentro, lugar sagrado para los Sami y para tantos pueblos, observo el fuego, el fuego dador de vida que se expande por todos lados… que se expande hasta el final del universo, el fuego es el que nos propicia a que a través de nuestros animales de poder vayamos a cualquier lugar de la tierra y del cielo…
Comienzo a tocar el tambor, mecanismo que nos ayuda, que nos da la vida… la vida espiritual, la vida más allá y nos permite encontrar la auténtica manera de ver el futuro, ver el pasado y ver lo que hay detrás,  El toc toc rítmico nos ayuda a conectar con el toc toc de todos los animales, con el toc toc de la tierra que como ente vivo que es está conectada desde el corazón con todos nosotros, con todas las cosas.

Francisco Javier Edo Ausach.
Vicepresidente de la Asociación Española de Estudios Chamánicos (AEECH).
Ex­-profesor de Antropología de la Universidad de Valencia